sábado, 26 de febrero de 2011

Basilea III

¡Bienvenidos!

Escribo esta entrada para explicaros de manera sencilla el concepto de Basilea III, esas dos palabras que es posible que hayamos escuchado en las noticias o leído en los periódicos, pero no sabemos qué es ni a qué se refiere.

Como bien sabréis estamos en una época muy complicada en la que la crisis está afectando tanto a personas como a empresas y entidades financieras.  Esto nos obliga a tomar perspectiva y a tomar notas tanto positivas como negativas de las actividades económicas y financieras que se han tomado hasta el momento, y de esta manera intentar corregir los errores del pasado que pueden estar repercutiendo en la actualidad. Con la crisis se ha demostrado se pueden hacer mejoras importantes en la normativa financiera vigente.

¿Qué es Basilea III?

Basilea III es el conjunto de normas de regulación financiera internacional. Dicho de manera más sencilla, son mejoras que tratarán de mejorar el marco regulatorio financiero internacional para que de este modo se eviten posteriores crisis financieras, y en el caso de que se produzcan, sean las entidades las que asuman las pérdidas, no los bancos centrales ni los impuestos que tenemos que pagar los ciudadanos.

Fue  la Banca de Pagos Internacionales (BPI) la que aprobó el acuerdo entre los bancos centrales y los supervisores el 12 de septiembre de 2010.

Se trata incrementar y endurecer las directrices básicas que rigen los requisitos de capital para la banca comercial, y así reparar las debilidades y fallos del sistema financiero.

Los fallos de Basilea I y II

Ya hubo otras normas de regulación financiera que trataron de evitar desajustes financieros y económicos anteriores a los actuales, se tratan de los acuerdos de Basilea I (1988) y Basilea II (2004). No sólo sirvieron para dotar a la economía mundial de un sistema bancario más “sano”, sino que de alguna manera causaron daños.

Basilea I creó incentivos perversos que borraban la línea divisoria entre operaciones prudenciales y especulación.

Basilea II trató de corregir eso al exigir unos niveles más altos de capitalización a medida que iban aumentando los créditos más arriesgados en la cartera de un banco. Desafortunadamente, no pudo frenar las operaciones especulativas realizadas por los bancos.

Ahora se pondrá en marcha Basilea III con la intención de que las normas que se tengan que llevar a cabo den muy buenos resultados, y esperando que funcione adecuadamente, al contrario que las dos anteriores.

¿Cuáles son las medidas se van a tomar?

Para entender las medidas de Basilea III y la regulación bancaria hay que comprender por qué hace falta que los bancos mantengan un nivel mínimo de capital.

La idea básica es muy simple: lo que mueve a la actividad financiera es el deseo de ganar la mayor cantidad posible de dinero invirtiendo la menor cantidad posible de dinero propio. Así uno obtiene grandes beneficios si las cosas van bien y pierde poco si las cosas van mal.

Los bancos no son excepción, y por lo tanto desean mantener niveles de capital lo más bajo posibles, lo cual aumenta su tasa de beneficio. Sin embargo, cuanto menor es el capital de un banco, mayores son sus incentivos para tomar riesgos excesivos, ya que al fin y al cabo el banco está invirtiendo el dinero de los demás, y mayor es la probabilidad de que el banco no pueda afrontar pérdidas y tenga que declararse en bancarrota o ser rescatado públicamente.

Por lo tanto algunas de las medidas que se tomaron fueron:

Capital estructural

Se refiere a las reservas de capital de un banco, calculadas según el riesgo de los activos que tiene en sus libros.

Nuevo: Con Basilea III, el ratio de capital total estructural “Tier1” se fija en 7%, con un capital central “Tier1” de 4’5%
La implantación de estas reglas comenzará en enero del 2013. Las normas estarán vigentes en enero del 2015.
Actual: A los bancos se les obliga a tener un ratio de capital estructural de 4%, y la mitad corresponde a capital estructural "esencial" o capital de calidad en forma de ganancias retenidas o acciones.
Colchón de conservación

Nuevo: Bajo Basilea III se introduce un colchón de conservación de capital de 2.5% que se suma al capital estructural “Tier
1”.
Cualquier banco que no cumpla con este amortiguador se enfrentará a restricciones de supervisores como pagos de dividendos, recompras de acciones y bonos a ejecutivos.
El nuevo colchón tendrá que estar compuesto de acciones comunes. El colchón será introducido paulatinamente desde enero del 2016 y estará en vigor en enero del 2019.
Actual: En este momento no hay colchón de conservación de capital.
Colchón de capital

Nuevo:
 Este nuevo colchón se establece entre el 0 y el 2.5% en acciones comunes u otro capital capaz de absorber pérdidas.
El objetivo del colchón es: forzar a los bancos a tener un respaldo adicional cuando los supervisores vean un crédito excesivo en el sistema que amenace con generar morosidad.
Actual: No existe un estándar mundial sobre este tipo de respaldo.
Ratio de apalancamiento
Se limitará el apalancamiento en el los bancos mundiales.
Se pondrá a prueba un ratio de apalancamiento de 3% “Tier1” antes de introducir un ratio de apalancamiento obligatorio en enero del 2018.
Liquidez

Se busca asegurar que los bancos cuenten con suficiente efectivo o equivalentes de efectivo para salir del apuro de un golpe muy severo de corto plazo y de condiciones menos severas en el mediano a largo plazo.
El colchón de liquidez de corto plazo sería principalmente deuda soberana de alta calidad, aunque incluiría también deuda corporativa de alta calidad.
Con este diagrama se ve de manera más clara lo explicado anteriormente:






Si no os ha quedado muy claro, aquí añado un video donde lo explican con mucha claridad y ponen un ejemplo con el que será fácil entenderlo:








Si pero a nosotros… ¿En qué nos afecta?
Aunque creamos que esto no tiene nada que ver con nosotros, que es una cosa de los bancos, en realidad si tenemos que ver en ello.
Las entidades de crédito para adaptarse a todas estas reformas van a tener que cambiar su modelo de negocio, de tal modo que darán menos retribución por los depósitos y cobrarán por el dinero prestado, al igual que también cobrarán más por los servicios bancarios tradicionales.
Por otra parte los que sean accionistas podrán encontrarse con ampliaciones de capital, y con recortes en los dividendos, lo que puede hacer caer sus cotizaciones.
Ante todo esto el inversor no deberá sorprenderse de que las entidades financieras españolas intenten captar sus ahorros para su capital propio en lugar de hacerles las recomendaciones más apropiadas a los inversores para obtener buenas rentabilidades en sus patrimonios, en los mercados de capitales internacionales.
¿Cuándo se aplicará este acuerdo?
El acuerdo está previsto que se implante en el año 2019, y aunque parezca que todavía queda bastante para ello (8 años), muchas entidades financieras ya están empezando a cumplir con las nuevas exigencias para que no les pille el toro, debido a que el mercado de capitales es muy estricto.
Sobre si este acuerdo tendrá buenos resultados o no, hay opiniones de todo tipo, unos piensan que será muy efectiva, mientras que otros opinan que es una pérdida de tiempo y que no servirá de mucho. ¿Tú qué opinas sobre Basilea III?

Espero que esta entrada os haya servido de gran ayuda, ¡Un saludo!

Fuentes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario